Todo empezó como un juego en nuestras redes sociales. Sin importar ganadores o vencidos. Escribir, en menos de dos minutos, pequeñas reflexiones o poemas, a sabiendas de que el resultado bordearía entre el rotundo fracaso y el suficiente raspón. Mi hermano y capitán de este barco sin arpones en busca de Moby Dick los bautizó, con humor y acierto, como Poemas WC.

 En la radio, el locutor de voz rota dio paso a Mi gran noche de Raphael. Y Ana sintió algo cercano a lo que debía significar la felicidad completa.  Sus pies, libres de la dictadura del tacón, bailaban al ritmo de las alegres notas que luchaban contra el sonido tribal que producía la lluvia torrencial al chocar con el techo. 

Marvel, en 1977, lanza los cómics de What if…?, una serie no canónica en la que se exploran diferentes hipótesis e historias alternativas. Inspirándonos en ello nos hemos puesto a soñar. Cinco discos que nunca vieron la luz por diversas razones y que quizás habrían cambiado la historia de la música. O no. Nunca lo sabremos. Pero a veces es hermoso crear mundos paralelos. Y dejar que la música los acompañe

Es un hecho que el trío formado por Kerouac, Ginsberg y Burroughs fue la Santísima Trinidad de la Generación Beat, tanto por su relevancia como por el poso de sus obras más representativas. En el camino, Aullido y El Almuerzo Desnudo se han convertido en clásicos de la literatura, obras de culto para millones de lectores. Pero sería injusto olvidarnos de otros componentes que…

Nada de lo que vaya a contar sobre este libro no se ha dicho ya. Y, sin lugar a duda, con más profundidad, belleza y conocimiento, teniendo en cuenta las numerosas críticas, comentarios y premios que ha tenido a lo largo de este año. Mario Vargas Llosa, Juan José Millas, Luis Alberto de Cuenca o Enric González son algunas de las personalidades que han mostrado su entusiasmo por este ensayo.

—Los hombres no lloran, cabrón.
Alex se quebró. Tras el deshielo de la tensión acumulada, todo en él reventó formando una explosión de angustia y miedo que inundó la habitación.
—Hijo de la chingada –Amador cambió el tono–. Va, tranquilidad. Ambos estamos molidos. Mira –dijo señalando el colchón situado en el suelo situado detrás de Alex–. Ve y échate un coyotito. Luego ya seguimos.