New Jersey. Años 70. Mafia, violencia, asesinatos, extorsión.
Y sexo. Y alcohol. Y traiciones.
Y brutalidad. Y sordidez. Y salvajismo.
Todo ello es Ciudad muerta, la novela escrita por Shane Stevens (Nueva York, 1941-2007) en el año 1973, de la que destaco la fecha de publicación original ante cualquier paralelismo con Los Soprano o The wire, ya que es de justicia señalar que el antecedente (si se quiere buscar) es esta novela y no al revés.

He dejado pasar dos semanas desde que terminé de leer Gomorra, necesitaba tomar distancia para entender lo que acababa de ocurrir. Gomorra, la opera prima del escritor italiano Roberto Saviano, no es una novela y sin embargo contiene más ficción e improbabilidad que cualquier historia de asesinos y entorno sumergido en la locura que podáis abordar.

Si alguna vez viajo a Tokio ya sé a qué Tokio quiero ir. Al de 2003. Al del Hotel Park Hyatt. Al de la habitación desordenada de Charlotte. Y al de la habitación de Bob, donde el fax nunca se silencia. Quiero ir a ese Tokio, a esos neones, a esa estética, al karaoke en el rascacielos con sala privada. Quiero una peluca rosa y una cebra por decoración (en la pared, en la cama o a los pies).

Ayer fue 14 de julio, fiesta nacional de Francia, y queremos celebrarlo recordando “Sumisión”, de Michel Houllebecq, y “Mis estrellas negras”, de Lilian Thuram, dos libros magníficos que invitan a reflexionar sobre la igualdad, el racismo, el heteropatriarcado, la familia, los estallidos de violencia y la violencia latente en nuestras sociedades.

El próximo 22 de mayo se cumplirán cinco años de la muerte de Philip Roth, escritor norteamericano de ascendencia judía…
… The New York Times  pidió a doscientos escritores, críticos, editores y estudiosos de la literatura que eligiesen la mejor obra de ficción estadounidense de los veinticinco años anteriores. Citaron 22 obras, y seis de ellas eran de Roth.

Poco a poco la criatura fue creciendo, entrevistamos a Santi Balmes y a Benjamín Prado, publicamos artículos y posts en redes de los que se hicieron eco Enrique Bunbury, Irene Vallejo o el Niño de Elche, conocimos personalmente y entrevistamos a Héctor Abad Faciolince y descubrimos voces amigas entre las que destaca Marc J. Mellado.
Más bien Marc nos descubrió a nosotros, se acercó humildemente y nos abrumó con los poemas que desde ese primer año hemos ido publicando.

Sorogoyen nos va introduciendo en esa densa y brumosa historia de rivalidad, odio y muerte. No hay maniqueísmo en las posturas. Por un lado, la aldea ideal, donde Ménochet y Föis cultivan productos ecológicos y sueñan con restaurar casas abandonadas para una utópica repoblación. Por otro, es también el espacio para ensañarse y vengar las frustraciones locales, una vida de desgracia, de mierda, como le escupe Luis Zahera a Menochet en uno de los diálogos trascendentes de la película, al confesarle que su paraíso se llama conducir un taxi a medias con su hermano en Orense.

Señales de golpes en la espalda, un sujetador azul, la mirada entre triste y perdida, un rouge de labios que acentúa la tristeza, el beso a una niña pequeña que duerme, la puerta que se cierra y la oscuridad de la noche. La noche de la ciudad santa de Mashhad, la noche del bullicio en la calle, la noche solitaria en la periferia, la noche que augura un destino maldito mientras ruge una moto.