Poco a poco la criatura fue creciendo, entrevistamos a Santi Balmes y a Benjamín Prado, publicamos artículos y posts en redes de los que se hicieron eco Enrique Bunbury, Irene Vallejo o el Niño de Elche, conocimos personalmente y entrevistamos a Héctor Abad Faciolince y descubrimos voces amigas entre las que destaca Marc J. Mellado.
Más bien Marc nos descubrió a nosotros, se acercó humildemente y nos abrumó con los poemas que desde ese primer año hemos ido publicando.
viaje interior
he salido con la copa
al balcón a observar la pura inactividad
de todos aquellos pájaros que, durante
esta vasta tormenta, renuncian a su vuelo
-casi me obligo a pensarlo-,
por mera supervivencia.
Con el paso de los años,
he aprendido:
Que solo se recuerda lo vivido.
Que es más difícil soltar que agarrar,
que al principio desdeñas lo que tienes y
acabas amando lo poco que te queda.
Protagonista es un microrrelato sobre las visitas a mentes, nuevas prácticas universitarias recientemente puestas en marcha
ya tengo los restos de otra tarde
a mi disposición,
listos para presenciar
el último intento de resurgir
del silencio y del olvido
una de las cosas que más me gusta hacer
es pensar sobre lo que voy a hacer. luego, en plena
acción sobre ese escenario baldío
que es ya la tarde, recuerdo rabioso el momento
en que me encontraba previamente,
escándalo en la ciudad:
otro día más desperdiciado.
la vida avanza como el agua
cayendo en los ojos
El mejor Offutt regresa a Kentucky, a las montañas de los Apalaches, al barro que succiona las botas, a las puertas mosquitera y las armas como prolongación natural de las manos. A las lechuzas, las serpientes, las zarigüeyas, las mulas como poste (sic) de un porche…
…Sin pensarlo, lanzo mi cuerpo
al inmenso abismo
del desconcierto,
del descubrimiento,
del silencio más puro…
Hay mañanas en las que me levanto, cubierto de legañas y con los rayos del sol disparando balas de luz sobre mi torso desnudo, creyendo incondicionalmente en el destin.
Creía que el mundo se acababa en la noche
pero el mundo ardía en la mañana
y seguía allí después de todo
Ella está haciendo ruido en su habitación, creo que estaba dormida y son las 8:30 de la tarde de un día de abril nublado. De un día más viviendo y dejándose vivir. Sin él y con toda la carga del tiempo y la familia, la carga de los que imponen la alegría a quien ya no la necesita, de los que miran adelante.
…y con los años
nos desacostumbraremos
a la paciencia,
a la prisa, a la fiesta
de las tardes de hojas cayendo…
Fue en otoño cuando ella lo dejó; en otoño cuando su padre descubrió su afición por empuñar cinturones y es en otoño cuando se ha atrevido a dar este paseo. El año tiene cuatro estaciones y en su vida han sobrado tres.
No me importa llorar
No me importa reír desencajado
Bajo esta puta mascarilla
No me importa la tristeza
Estuve en el límite y no me gustó
Me tuvieron 25 horas
Haciéndome preguntas y metiéndome drogas