“Siempre será nuestro barrio. Aunque nadie nos conoció ni nos conoce ahora. Nadie sabe tu nombre y, sin embargo, por él yo hubiera, ese día, amurallado el lugar. Debí alzar barricadas como en el “Dos” y apostar en cada extremo los dos exiguos cañones de Daoiz y Velarde.
microrrelato
¿Tomarías un tren a ninguna parte?
Yo lo hice.
Todos los miércoles.
Salía temprano, llegaba tarde.
No recuerdo bien si yo andaba buscando ese tipo de tren o él me buscaba a mí.
Cada mañana de los miércoles, bien temprano, yo tomaba mi billete y entraba en la estación azul de los trenes a ninguna parte.
Protagonista es un microrrelato sobre las visitas a mentes, nuevas prácticas universitarias recientemente puestas en marcha
Nunca se descubrió la identidad de la víctima y el informe forense llegó a pírricas conclusiones; varón, caucásico, […]
Ajeno a todos estos pensamientos y emociones, el cuento de Cenicienta se bate contra las olas en una lucha feroz y desigual. Intenta mantenerse a flote apretando firmemente sus páginas, cada vez más húmedas, en un intento desesperado de mostrar resistencia al tempestuoso líquido que le azota el lomo y se cuela ora por el flanco de su cubierta, ora por el de la contraportada, como un ejército de gotas infinitas pertrechadas con balas de espuma y sal.
Tuve que vender el coche y el reloj de oro de mi esposa para conseguir una entrada en la reventa, pero por nada del mundo iba a perderme el espectáculo del que ya se consideraba como el escritor más grande de todos los tiempos.
Llevo ya más de cuatro años viniendo aquí, desde que decidiste saltar desde lo más alto del trampolín, desnuda, realizando un salto mortal hacia lo más profundo del mar. Buscándote. Esperando verte aunque sólo sea un segundo. Aunque sólo sea el eco de tu sombra. O tus burbujas. Sería suficiente. Sentirte una vez más.
Todos los viernes toma un tren de regreso a casa. En el andén 27 de la estación central de Múnich, Cada viernes, somnoliento, camina por las frías aceras a veces nevadas y siempre heladas. Todos los viernes toma un café. Un café y un croissant, en el quiosco de la estación: La brioche dorée.
Esta mañana no tendí la cama y permanecí
dentro
de las cobijas; pasé
horas esperando
por fin
a que el mundo explotara ahí mismo
y nosotros con él.
Hoy queremos compartir el cuento de Navidad “Conjuntos disjuntos”, con el que nuestra colaboradora habitual Margarita del Brezo ha ganado el Primer Premio de Cuentos de Navidad organizado por Iberdrola y Zenda.
Estas alas de plástico servirán para volar hasta donde tú estés. Compruebo el traje, los arneses, el casco, las gafas… Dos veces, como siempre me decías. Si me vieras estarías orgulloso.
En Montevideo Desconozco si esto es Uruguay Pero en Uruguay Los perros dejan huellas Y no vi más […]
Nueve de agosto de 1945. Lleva ya tres días de viaje, la mayor parte a pie. Sólo ha comido un cuenco de arroz que alguien le ofreció. El cansancio y las imágenes que ha visto le pesan como fardos de arena en las espaldas. Le duelen los pies, y sobre todo los oídos. Pero no le importa.
Cuando le conocí era un círculo , una curva , un zig zag , una sinuosa senda de esas que no llevan a ninguna parte. Cuando le conocí era un río que remonta arriba , bravío en su empuje y cristalino en sus remansos de paz.
En cuanto entra en casa Elena se ovilla en el suelo de su habitación llorando y escondiendo la cara. Espera que no le deje marca el puñetazo de Alicia. Casi prefiere los codazos o los insultos, que no se notan. Ni siquiera en su cuarto se siente segura.