Don Eusebio es el único que se preocupa de que nos convirtamos en hombres y mujeres de provecho. Si no fuese por él, estaríamos todos “boqueando en el proceloso mar de la incultura que baña las costas de nuestra sociedad actual”. Eso no lo digo yo, lo dice él. Dice muchas cosas don Eusebio.
relatos
Priscila le atraía a un chingo de cabrones, entre ellos el Pelos, uno de los cabecillas del barrio. A esa edad, tendría unos veintidós años, ya andaba en camioneta y con fusca en la guantera.
Mi padre siempre contó, a quien quiso escucharle, que un faro no es nada sin su noche y que es menos que nada sin la mar. Me pregunto si ahora, después de su muerte y tras la visita que he recibido, por fin comprendo lo que quería decirme exactamente.
Hoy queremos compartir el cuento de Navidad “Conjuntos disjuntos”, con el que nuestra colaboradora habitual Margarita del Brezo ha ganado el Primer Premio de Cuentos de Navidad organizado por Iberdrola y Zenda.
. Decidí esperar, dejar que fueras tú la que nadara en dirección a la gran ola, que te enfrentaras por ti sola a la cresta de más de treinta metros que amenazaba arrastrarte hasta la orilla no deseada. Porque eras capaz y, por encima de todo, valiente.
Otra vez y con poco aire en los pulmones daba pasos erráticos en la penumbra, rogaba por la salida, sabía que estaba a metros y parecían kilómetros. La luz seguía apagada, nadie salió pues era madrugada, dormían plácidamente ignorando mi desesperación; dejaba atrás, en el departamento de dos ambientes que de golpe se volvió una caja diminuta, a mis dos hijos que también dormían.
Quince años después, en el noventa y cinco, La Habana se debatía en medio del período especial, un tiempo surrealista en que los ómnibus se convirtieron en camellos y las íntimas en trapos viejos. La carne de res se transmutó en pasta de oca y el pan con algo en pan sin nada. La falta de vitaminas nos volvió más pálidos que el personaje de Lugosi y los cines oscurecieron sus pantallas; no había electricidad para Abbot, Costello, Delon o sus sucesores en el favor del público y de las fancitas.
—Con la nueva normalidad ya no es normal tener monstruos en casa; anda, pon un anuncio en internet a ver si alguien los quiere.
Del establecimiento, sale la dueña con un juguete en la mano y se sienta en el bordillo que hay a la entrada. Los propietarios son chinos. Unos de los tantos que han emigrado desde su país y han importado sus sopas, fideos, ojos rasgados, sonrisas enigmáticas y sentimientos cohibidos.
Pero tú no sabes nada.
Hoy damos la bienvenida como parte de “la banda de Jonk a Sara Nieto”, magnífica escritora madrileña de microrrelatos y relatos breves sobre esas distancias cortas que tanto nos gustan, viajes cercanos que también existen y para los que más vale ir ligeros de equipaje. Ya habíamos publicado microrrelatos suyos pero hoy pasa a ser “una de las nuestras”. Esperemos que os guste.
La gente, tambaleándose los que consiguen ponerse en pie, emite gritos efervescentes para que les devuelvan su dinero mientras la señora muy delgada de la sexta fila —(y que conozco de la terapia)— planea sobre el público con cara de éxtasis y la falda y el moño alborotados.
Debian ser las cinco de la mañana y nuestro pequeño grupo fue interceptado en el parque de Laureles de la capital Antioqueña. Nosotros éramos tres, ellos al menos una decena. Nos cortó el paso un tipo grande con sombrero de finquero y bigote de galán; pistola al cinto, camisa a medio abotonar, el perfecto protagonista para una telenovela de grandes terratenientes y verdes pastos.
Bienvenido a la ciudad de la eterna primavera, con sus 21 grados perpetuos y su alegría contagiosa. Bienhallados en el valle del Vallenato y la cultura esgrimida como argumento subversivo y de resistencia pacífica al triste alegato de las armas y la sinrazón. Eterna balacera ”huevón”, mal parío, hideputa …y se ríen de sus suertes, y las cantan , no sé en qué orden. También mueren, y huyen …tampoco sé bien el orden.
̶ Mamá, hoy en la escuela nos han hablado de la familia, de cómo era antes, los […]
Ayer no dimos crédito con la divertida astracanada sadomasoquista de Teresa Dovalpage en “Amor a primera fusta” y el lunes nos maravilló el encanto, coherencia y base músico-literaria de Anni B Sweet. Hoy sólo tres microrrelatos, para ser releídos, de Sara Nieto, a quien como debe ser hemos conocido de casualidad. Cruces de caminos.