Y le hemos seguido porque confiamos en su brújula, porque su música no entiende de prejuicios, porque “no tengo dueño, no soy tu esclavo, un poco tuyo y de todo el mundo”, porque tiene un bello dolor que compartir. Le hemos seguido solteros, enamorados, divorciados, con hijos, solitarios, en los momentos álgidos y cuando hemos caído con todo, en la presuntuosa juventud y en las primeras canas y dolencias, en la pérdida de seres queridos y el amor de los nuevos.
fusión
Noche de difuntos, día de todos los santos, halloween…, como quiera que os guste, el hecho es que nada más empezar este 1 de noviembre en toque de queda ha fallecido el saxofonista y genio del jazz Pedro Iturralde, autor de aquella obra maestra del jazz fusión, acompañado por Paco de Lucía, titulada Jazz Flamenco.
En el año olímpico de Barcelona 92, un andaluz rumbero flamenco con gran flequillo ya algo canoso y porte desgarbado arrasó con un disco que invitaba a bailar. Se trataba de Kiko Veneno y la colección de canciones “Échate un cantecito” con clásicos como “Lobo López” y “En un Mercedes blanco”.
Hoy dejamos los US y nos vamos a Paris, de donde salieron locos como Manu Chao y el misterioso dúo Daft Punk, capaces de hacer bailar a los muertos. De la “patchanka” multicultural al techno con clase, bienvenue la folie de Paris.
…Son ejemplos pioneros, discutibles, polémicos…, pero en cualquier caso reseñables por la legión de amantes de la música que gracias a su riesgo quedan atrapados por el quejío flamenco y, tarde o temprano, acaban yendo a la raíz. A Mairena, a Marchena, a Farina, a Sabicas, a la Niña de los peines. Lo maravilloso de la música es tirar del hilo genealógico y entender cómo un estilo de raíz no morirá, aunque cierren los tablaos, porque lo llevamos dentro y es más fuerte que cualquier virus. Salud y arte.