En el año olímpico de Barcelona 92, un andaluz rumbero flamenco con gran flequillo ya algo canoso y porte desgarbado arrasó con un disco que invitaba a bailar. Se trataba de Kiko Veneno y la colección de canciones “Échate un cantecito” con clásicos como “Lobo López” y “En un Mercedes blanco”.
Sin embargo, muchos no sabían ni saben que este hombre fue uno de los revolucionarios que una década antes se encerraron en un chalet de Sevilla para grabar la obra maestra rupturista de Camarón de la Isla, “La leyenda del tiempo”, donde ya sonaban el bajo eléctrico, los cajones y las flautas y donde había una canción llamada “Volando voy” compuesta por Kiko Veneno.
Hoy se presenta frente a la pandemia en el castillo de San Servando, frente al alcázar de Toledo y dirigido por el escritor y colaborador nuestro @carlosrodrigo796 , que está desarrollando una actividad cultural especialmente reseñable en los tiempos que corren. Así sea, disfruten los privilegiados y para quienes estéis lejos os dejamos esta performance inesperada en una plaza cualquiera, cuando las plazas eran plazas y la gente se arracimaba curiosa frente a un artista callejero. Salud y abrazos.