Barbie en la infancia de un drummer metalero

Jugué a las Barbis con mis hermanas
gran parte de nuestra niñez
(y una poca de la adolescencia);
de pronto yo era Ken
o Kevin
o al que llamábamos Frank;
más tarde fui Max Steel
o algún otro superhéroe
incluso un perro o dos
de plástico;

Bestias de carne cruda

Una de esas noches la vi llegar.
Llevaba un vestido ceñido, rojo, del mismo color que su cabello rizado. Medias negras, tacones altos. Un ramo de flores amarillas.
Era el segundo día de los muertos y aquel, supuse, era su disfraz.