una de las cosas que más me gusta hacer
es pensar sobre lo que voy a hacer. luego, en plena
acción sobre ese escenario baldío
que es ya la tarde, recuerdo rabioso el momento
en que me encontraba previamente,
en paz, los ojos tan quietos, trazando
un plan para moverme de un sitio a otro,
salir, saber que no estoy obligado a algo, y echo
de menos ese pírrico silencio que hace
unos minutos me rodeaba y me invadía.
a lo mejor lo que añoro es la cerveza
que me bebía entonces, o solo el deseo
de otra más, de volver a estar en esa casa
tan acogedora que a veces, con el tiempo, puede
llegar a ser uno mismo; en cualquier caso,
creo que no sé pensar más allá de donde
empiezan mis actos, así que la próxima
vez procuraré ser un poco menos pretencioso.
Este poema comparte foto y algo más con “Relación epistolar editor – autor: la amistad con extraños y tanto mejor”, de J. Félix González-Encabo.
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