The Dead South nos lleva a Louisiana con sus veloces riffs de guitarra, banjo, mandolina y violonchelo, una banda teóricamente de bluegrass en la que el violín no es titular de partida, una banda de actitud punk y metalera sin batería ni guitarra eléctrica, una banda que reverencia el folk tradicional -no sin reírse de sus modos más extremos.
¡Una banda de folk bluegrass que nos lleva al Gran Sur pero son de Canadá!: reconozco que ahí sufrí un golpe que sobrellevé porque para entonces su música e imaginario ya me habían abducido y podrían haberme dicho que son de Estonia o Bangladesh. En Profesor Jonk nos vanagloriamos de ser desprejuiciados pero tenemos nuestra cintura y cada vez es menos fina.
Llevaba meses metido en el bluegrass clásico, en la absolutamente recomendable serie “Treme” (HBO) -entrañable oda a los ciudadanos de Nueva Orleans y sus músicos de todos los estilos de raíz, callejeros o no, tras el huracán Katrina-, y anteriormente en la primera temporada de “True detective” (HBO), de cuyo duelo interpretativo entre Mathew McConaughey y Woody Harrelson -rodeados de comunidades cristianas en las que florecen los psicópatas, sexo latente, asesinatos, secretos y pantanos- aún no me he recuperado. También volviendo a la voz del siempre viejo Johnny Cash.
Este era uno de los ejes culturales por los que me movía últimamente y no es de extrañar que el otro día me llevara una sorpresa al ver que The Dead South darían un concierto en la sala La Riviera de Madrid el 20 de abril, liberación de las mascarillas, espuelas figuradas en las botas, Jim Bean y corbatines quienes se animen.
La primera parte de esta crónica está escrita el día antes del encuentro con la banda canadiense, es algo así como una crónica de un éxito anunciado, quizás vamos rendidos ante tanta miseria creativa y producción musical de plástico.
The Dead South publicaron en 2013 su primer EP, “The ocean went mad and we were to blame”, al que siguió el exitoso álbum “Good company” un año después. De él se extraería el single “In hell I´ll be in good company”, que si estáis leyendo esto probablemente os habréis hartado de ver en YouTube con los cuatro tipos de camisa blanca bien planchada chasqueando dedos pulgar y corazón, unos con sombrero y otros sin él en distintos escenarios de la Gran América.
Estamos hablando de una banda de rock independiente, sí, no os asustéis, tras su EP autoeditado fue un sello discográfico alemán!! el que impulsó su carrera y les hizo salir de gira no sólo por Estados Unidos sino Europa, ya lejos de su Regina natal, en las praderas canadienses.
Y si el primer LP es el de su descubrimiento a melómanos avezados, “Illusion & doubt” es una obra maravillosa para escuchar una y otra vez -alcanzó el #5 en el Billboard Bluegrass-, concluida con un imprescindible “Gunslinger´s glory” de 8´12´´ de duración que de ninguna forma les perdonaré no tocar mañana.
“Sugar & joy” (2019) acumula algunas canciones llamadas a ser himnos en sus directos, como “Diamond ring” y “Heaven in a wheelbarrow”, otro disco de buena factura en el que aúnan sus múltiples influencias, también del grunge más folkie, aquel de Mark Lanegan en su “Whiskey for the Holy Ghost” y algunas bandas metálicas de Seattle, como Alice in Chains, en sus momentos de introspección y decaimiento más acústicos.
Lo que es seguro es que mañana nos premiarán con algunos standards de bluegrass recopilados en su doble EP “Easy listening for jerks, Pt 1” y “Easy listening for jerks, Pt 2”: uno siempre espera no ser el jerk pero lo cierto es que, como toda la parroquia española, me animaré a cantar el “You are my sunshine”, habiendo necesitado más tiempo ocioso para aprenderme canciones de texto más elaborado. Españoles.
Por cierto, quienes veáis a The Dead South en sus directos por España probablemente encontraréis más de cuatro músicos en escena porque el banjo original Colton Crawford abandonó la banda en 2015 por “insomnio y agotamiento”, siendo sustituido por Eliza Mary Doyle, y reincorporándose posteriormente. Por su parte, el chelista Danny Kenion estudia una ingeniería (¡!) y en ocasiones no viaja, por lo que añadieron a la banda un segundo chelista, Erik Mehlsen. La vida en la carretera.
Hasta aquí la primera parte de la crónica de un éxito anunciado: The Dead South en Madrid.