Poesía de Miguel A. Manrique, de Aleixandre y Carver a Sabina

Aguas profundas, poemario de Miguel A. López Manrique Portada del poemario "Aguas profundas", ilustración de Fátima Gómez

Carta

Hoy te escribo estas líneas
a falta del poema que te debo.
Ya sabes mis carencias:
las palabras rimadas
si estás lejos,
aunque sentada estés
en la cocina
leyéndote el corazón
de madrugada.

Yo no sé en qué te fijaste:
si en mi alma hospiciana
o en mis ojos de gato trasquilado.

No importa. Desde entonces,
como lenta caricia de tu mano son los días.

Y ahora que lo pienso,
yo quería escribirte un poema
de amor enloquecido,
pero me salen estas letras torpes,
ateridas, si estás lejos, amor,
aunque estés cerca.

Ya ves:
la torpeza es un gato
también cuando te escribo.


Carta

Te he escrito tantas veces,
desde la culpa incluso,
una culpa de ausencias deshojada,
que pongo aquí, sobre la tierra,
aunque ya sabes, madre azul,
cómo te cantan mis palabras más niñas.

Y hoy, desde el recuerdo luminoso
pareciera que aún nos queda
tiempo compartido.

Sin embargo,
qué solos en tierras extranjeras,
como un eterno muro de Berlín
que se alza para siempre entre nosotros.

Definitivamente.
Ya vives tu segunda vida en mí.


Con permiso del señor Benedetti,
hagamos un trato.

Si me acerco despacio
hasta tocar tu piel
no temas, no,
deja en paz tus fusiles,
pues es el alma lo que busco,
sí, el alma consabida,
esa muchacha desnuda
que se ofrece detrás
del último pliegue del deseo,

porque el deseo

te arrebata y te esconde
y me embarca
en el río infinito de tu cuerpo,

y yo no puedo negarme

a esa hermosura
que llamamos amor, y sexo y ay,
el grito último
de gaviota enajenada.

Todo esto está muy bien,
(incluso tu disfraz de gaviota),
pero escucha,
yo vine sólo
para saber de ti,
y aunque me acerque mucho,
con permiso del señor Benedetti,
hacer un trato con tu alma.


Certeza de verano

Se equivoca noviembre.
Se equivocan las nieblas matutinas
los falsos dorados de las hojas
las miradas esquivas de los perros del frío
la corta respiración del día
la larga noche que traiciona los besos
los caminos duros del amanecer
la lenta agonía de la mariposa
tan nacida a destiempo
los tribunales perennes del invierno
las Administraciones que congelan
la sangre del expediente positivo
los coches detenidos por los cierres
los virus encumbrados por las voces
discordes del montón de gobernantes
bares cerrados boca amordazada
Noviembre se equivoca.
Pero tú no.

Tú bajas a la playa
e ingresas en el cálido mar de tu corazón
y nadas hasta mí.

Se equivocan.


Abril es el mes más cruel

Espero tu llamada con un imaginario cigarrillo
entre los dedos.
Ya son las tres de la mañana, abril, virus
en la televisión a todas horas.
El miedo de enfermar, de morir,
más allá de estos versos de amor,
son nubes bajas de un extraño plomo
como en ruleta rusa,
que tiñen el arco iris del jodido poema
que te escribo a estas horas.
Y es que no llamas a este puto móvil,
ni siquiera un whatsapp
que te acerque a mi vida,
y esta plaga de amor por mis pulmones,
y este raro cansancio sin el peso
de tu cuerpo en mi cuerpo,
y esta mueca en la boca
sin tu risa de espejo.
Y este decir blanco sin decir nada
que no te haya dicho ya en un abrazo,
este querer ser tu poeta, joder,
dice la gata, a las tres de la mañana?
Y la mañana vendrá y sus palabras,
quita el seguro, pues, dispara ya la última rima,
mata este virus de amor que me consume,
o déjame vivir con la vacuna
de tus labios de aguja, que me queman.


Miguel A. López Manrique, admirador de Aleixandre, Carver y Sabina, madrileño del 62, poeta urbano enamorado de la física cuántica y lector voraz entre los considerandos del Derecho y las metáforas que hablan de sus ojos, muy en pose sanjuanista. Ha publicado en varios blogs y revistas digitales: La nave de los locos, Brevilla y Liverdades. Su blog es Aguas profundas – Diario de un amor cuántico. Dicen que se cruzó con una sirena que lo arrastró a las aguas más profundas y salió tocado de branquias para escribir su poemario Aguas profundas. Mantener a relativa distancia, que habrá que aumentar si se arranca a recitar.