Entre cafés, microrrelato sobre amistad y tiempo por Freddy Santos

Microrrelato lírico de Freddy Santos sobre la amistad Ilustración : María José Carmona Alfaro

Cuando le conocí era un círculo , una curva , un zig zag , una sinuosa senda  de esas que no llevan a ninguna parte.  Cuando le conocí era un río que remonta arriba , bravío en su empuje  y cristalino en sus remansos de paz. 

Era una órbita , un arco , una elipse imposible de diagnosticar .

Nosotros , los otros , el resto y los demás ; éramos aspirantes estudiantes de líneas rectas , rectangulares , discípulos rebeldes de una secta tramada y trazada con guiones Establecidos .

Nosotros siempre supimos dónde ir aún pareciendo perdidos ; él sin embargo siempre estuvo perdido aunque a veces sabía dónde ir .

Éramos sus secantes y él …

Una espiral , un hermoso e insultante signo de interrogación . 

Era un volcán latente , un dormido temblor , un océano calmo que da señales de tormenta .

Era un clamor recóndito . Una duda incesante , una inquietud desbordante y contagiosa .

Los demás siempre tuvimos puesto el arnés de la razonabilidad , la doble red de la seguridad ante nuestros furibundos saltos de juventud .

Siempre fuimos , pero con el billete de vuelta en la mochila .

Ciertamente y a veces , también fuimos curvas , y cóncavos ; también fuimos convexos . 

Conversos con besos , solía decir cuando le dábamos la espalda a la mañana y vivíamos solo envueltos de estrellas y nocturnas  correrías , cual Camada de lobos camaradas .

Pero nuestras “S”siempre fueron tomadas con los límites precisos de la escuadra y el cartabón .  El , impetuoso y abocado se saltaba los guarda raíles , ignoraba las señales acústicas de los bordes del abismo y se adentraba solo , sin agua , en su propio desierto de sensaciones sin control . Siempre al límite , siempre en búsqueda y captura de sí mismo .

Volvía enriquecido o enloquecido y nosotros , su hermandad , lo cuidábamos, lo protegíamos  de sí mismo hasta que recuperase el juicio y vigor necesario para unirse de nuevo a nuestras correrías como cachorros  de barrio .

Era una curva 

Un pliegue .

Siempre desigual y laberíntico 

Fugaz , mágico y a veces maravilloso .

El tiempo pasó para todos , incluso para él . 

Nos volvimos gruesos trazos y llenamos nuestras vidas de contrafuertes , de anclas ,de refugios .

El siguió allí , a la intemperie , calado bajo los aguaceros y curtido al sol de los estíos .

Siguió siendo un círculo mientras nosotros nos convertimos en una gráfica de lo que debíamos ser y se esperaba de nosotros.

Nos vemos de vez en cuando. Recordamos los viejos tiempos y  reímos . Le miro mientras se aleja : unas veces rápido ,otras torpemente lento y cansado.

Siento compasión pero no se lo digo ni me permito ser traicionado por ningún gesto o mirada delatora.

Siento conmiseración, hartazgo e incluso pena.

Pero no sé muy bien si de él , de mí , de nosotros o de todos aquellos que para él siempre seremos el resto.