a veces me sorprendo esperando
a que respires
y al fin lo haces
y empiezo a observarme
aguardando la próxima vez
esa terca balada de tus pulmones
cansados
-partir por la mitad tu aliento
y conservar un trozo-
siempre
sosteniendo un inmenso cristal metálico
sólo exijo que un sutil
movimiento asuma
la forma de un sonido
una nueva manera
de amar
y que tu amor suceda al mío por impaciencia
medirlo con la justicia que dan unos pocos milímetros
de distancia, pensar
desde que te supe
en tu sustituto
(porque lo que me asusta no es tu ausencia
sino la posibilidad), confiar
ciegamente
en el olvido
medicinas consejos excusas
pero no tener jamás la menor
idea de cómo sobrevivirte