De un tiempo a esta parte me dedico a ir apuntando los retazos de mis sueños, intento recordar qué personas o personajes han aparecido de manera que pueda desenmarañar algún posible significado.
Hace unas noches soñé que Juan Valdivia y Enrique Bunbury estaban en la cocina de la casa del pueblo. Profesor Jonk conoce bien esa cocina de la casa de la abuela, para el resto os diré que se trata de una casa antigua de piedra de un pueblo llamado Navarredondilla, situado en las estribaciones de la sierra de Ávila, lugar con la fuerza de varias generaciones y sitio recurrente en mis viajes por los astrales.
El caso es que como sucede en los sueños, de repente allí estaban el vocalista y el guitarrista de Héroes del Silencio marcándose un pequeño set electro-acústico. De la interpretación vocal de Enrique apenas recuerdo nada, pero recuerdo con nitidez la interpretación de la parte instrumental de “Entre dos tierras” del maestro Juan Valdivia. Difería ligeramente de la original pero tenía unos matices de una belleza sobrenatural, o eso creo recordar. El caso es que allí estaban los dos amenizando mis sueños nocturnos. La interpretación se interrumpió cuando alguien abrió la puerta de la cocina para esa costumbre tan sana y humana de preguntar qué tal estaba la gente de esa casa y dar la bienvenida al pueblo. No recuerdo qué pasó con los Héroes a continuación, en la vida real Bunbury seguramente habría empezado a echar pestes por la organización y Juan Valdivia habría seguido con su cigarro en la boca esperando acontecimientos.
En primer lugar, decir que no me considero un experto en la vida, obra y milagros de Enrique Bunbury y compañía y a fe que entre los colaboradores de esta publicación hay fans más proclamados que yo. Eso sí, en su época Héroes del Silencio fue el grupo que me empezó a enganchar a esto que llamamos rock and roll, aunque un tiempo después su figura se desvaneció de mi mente como en mi sueño.
La verdad es que no recuerdo muy bien la fecha, debía ser 1990 y el destino quiso que un día de verano fuésemos a pasar un día familiar al parque de atracciones de Madrid donde casualmente actuaban los Héroes del Silencio antes de publicar su álbum “Senderos de traición”. Yo ya estaba con mi melomanía en ciernes y “El mar no cesa” era ya una de mis referencias. Así que poder ver al muchacho del pañuelo en la cabeza y resto de héroes antes de su viaje a Ítaca fue un auténtico lujo.
En 1956 Elvis Presley actuó en el show de Ed Sullivan cambiando el mundo para siempre. Para mí, ese momento fue la actuación de Héroes en RockoPop, aquí cada uno tiene su viaje.
¿Qué es el viaje del Héroe? El antropólogo y mitólogo estadounidense Joseph Campbell definió como monomito el modelo básico de muchos relatos épicos de todo el mundo, de distintos tiempos con una estructura y desarrollos fundamentales. El héroe se lanza a la aventura desde su mundo cotidiano a regiones de maravillas sobrenaturales, el héroe tropieza con fuerzas fabulosas y acaba obteniendo una victoria decisiva, el héroe regresa de esta misteriosa aventura con el poder de otorgar favores a sus semejantes.
El viaje del héroe es el viaje que se emprende desde el mundo ordinario a un mundo especial. Todo este viaje queda perfectamente documentado en el documental netflixiano “Héroes: Silencio y Rock & Roll”, el hecho de haberlo visto recientemente ha sido el motivo de salir de mi zona de confort como literato (modo ironía on) que ya ha conseguido todo en el mundo de las letras y desempolvar mi vieja máquina de escribir (modo ironía off). La descripción que realizo de su viaje no parte de entrevistas personalizadas a la banda ni conversaciones con Bunbury, todos los detalles de este viaje que realizaron vienen detallados en dicho documental.
Todo empezó en Zaragoza cuando los astros se alinearon para que Enrique dejara aparcado el bajo y empezara a cantar un tema de Bowie, “este tío canta” decía Juan Valdivia en el documental, en la cocina de mi pueblo no recuerdo que dijera nada. El héroe de leyenda pertenece a sueños de un destino, cantaban en sus inicios como si ya estuvieran intuyendo hacia dónde iban a ir sus pasos, seguro que ya sabían por dónde iba a discurrir su senda cuando la escribieron.
Después se produce el encuentro con el maestro en la persona de Phil Manzanera, ex miembro de Roxy Music, quien sirvió de catalizador en su siguiente trabajo con el que se produciría el cruce del primer umbral.
“Senderos de traición” marca la ruptura con el mundo conocido y su llegada al mundo especial, se adentran en tierras hasta ahora inexploradas, comienza su aventura por encima del bien y del mal. Parten a la conquista de Europa y especialmente Alemania alzando su grito “entrrre ddosss piedrrrass”.
De aparecer en playback en programas de marujas han pasado a conquistar el mundo de la música a nivel nacional como abanderados del rock, en este disco con un sonido más contundente, aun así difícilmente encajables en modas o tendencias.
En el viaje se enfrentan a retos y tentaciones, a críticas aunque siempre las tuvieron desde sus comienzos, a ser amados y odiados a partes iguales. Pero qué mayor reto que mantener el nivel en lo estrictamente musical, se enfrentan a su primera prueba suprema, la prueba del disco posterior al que les ha encumbrado.
No es un reto fácil desde luego, pero tal y como se narra en el documental podría haber resultado o un auténtico fiasco o una evolución coherente. Encerrados en un estudio de grabación en Londres durante unas navidades, después de un corto periodo de descanso de su gira frenética de presentación de “Senderos de Traición”, y sin tener apenas esbozos de unos pocos temas, le dicen al bueno de Phil Manzanera que van a hacer un disco doble. El resultado es “El Espíritu del Vino” donde se aprecia una mayor experimentación en la producción pero se mantiene la esencia y la coherencia. Primer escollo salvado, los héroes siguen navegando.
El viaje continúa en forma de giras interminables, pero qué duda cabe que todo a esa escala termina por desgastar, el viaje del héroe es así, el guión está establecido de antemano.
El camino de vuelta. Después de la prueba suprema y la recompensa, el héroe inicia el camino de regreso, pero queda un último problema. El protagonista se enfrenta a una pelea para no perder aquello que ha ganado.
Esta última pelea viene en forma de Avalancha
La gira Avalancha Tour también conocida como Gira de la Conciencia, con 152 conciertos entre Europa y América, termina por pasarles factura y anuncian la disolución del grupo. ¿Se acabó la película? No. Todo viaje del héroe todavía depara un último apartado antes del regreso al mundo ordinario.
La resurrección. Sería la última batalla, la última lucha del héroe a vida o muerte antes de emprender definitivamente el viaje de regreso. En este caso, once años después de la disolución de la banda vuelven a los escenarios, recordando todas las batallas libradas y uniéndose por encima de orgullo y egos.
Todo es un sueño, en un momento todo pasa y todo sucede, el viaje del héroe es un sueño, Héroes del Silencio tuvo un viaje, tuvo un sueño.
Todos tenemos o tendremos nuestro viaje de héroe, sea conocido o no, antes o después a alguien le dará por verlo de esa manera, y un instante después se desvanecerá como se desvanecieron de mi sueño aquellos muchachos de Zaragoza que un día estaban cantando en la cocina de una casa de un pueblo de Ávila.
¡Qué padre está esto! Me han encantado la historia y las fotos.
A mí también aunque debo reconocer que me da envidia no haberlos vistos sentados en pequeñas sillas de esparto en aquella cocina tamaño hobbit. Debería haber sueños interactivos para invitar al menos a quien se cita 🙂