Empezar una novela de Chris Offutt es como saltar desde un trampolín olímpico, no se puede empezar “de a poquito”: en unos segundos quedas completamente sumergida. Primer capítulo, 3 páginas: un personaje, una colección de sueños rotos y de contradicciones morales, cierto hastío vital epidé(r)mico, la tan cotidiana necesidad de evasión y el capitalismo más impúdico expulsando a los no elegidos.

El blanco móvil fue adaptado, en 1966, para el cine por uno de los mejores guionistas de Hollywood, William Goldman. Este fue su primer guion y consiguió con él el Premio Edgar, lo que le abrió la puerta para escribir otros grandes guiones, entre ellos Dos hombres y un destino –también con Newman- por el que obtuvo su primer Óscar.