“…Hace medio siglo, los españoles, que veníamos de la historia más triste y oscura, supimos encontrar razones comunes para superarla. No todo se hizo bien, no se fue justo con muchos de los que sufrieron esa historia, tampoco se asumieron todas las responsabilidades. Pero no parece que sea mejor este momento donde tantos españoles parecen engolosinados con la idea de avasallar a sus oponentes y hacer un país que los excluya, aplaste o expulse. Esa técnica ya la hemos ensayado mucho en los últimos doscientos años y la Historia es implacable: fracasamos siempre.”
NOVELA NEGRA
Empezar una novela de Chris Offutt es como saltar desde un trampolín olímpico, no se puede empezar “de a poquito”: en unos segundos quedas completamente sumergida. Primer capítulo, 3 páginas: un personaje, una colección de sueños rotos y de contradicciones morales, cierto hastío vital epidé(r)mico, la tan cotidiana necesidad de evasión y el capitalismo más impúdico expulsando a los no elegidos.
El mejor Offutt regresa a Kentucky, a las montañas de los Apalaches, al barro que succiona las botas, a las puertas mosquitera y las armas como prolongación natural de las manos. A las lechuzas, las serpientes, las zarigüeyas, las mulas como poste (sic) de un porche…
El blanco móvil fue adaptado, en 1966, para el cine por uno de los mejores guionistas de Hollywood, William Goldman. Este fue su primer guion y consiguió con él el Premio Edgar, lo que le abrió la puerta para escribir otros grandes guiones, entre ellos Dos hombres y un destino –también con Newman- por el que obtuvo su primer Óscar.