“Aquí se cuenta una resistencia llevada a cabo con la palabra como única artillería y dentro del perímetro […]
Vida
Cuando nos mudamos de casa, lo primero que hizo mi mujer fue intentar reanimar el esqueleto de un árbol que había en el jardín. Con los primeros riegos sus ramas empezaron a desentumecerse y le salieron un puñado de hojas pecioladas, tres huevos de codorniz y un gorrión esmirriado al que le faltaban casi todas las plumas.
Recuerda siempre que la vida es corta, para entregarle las horas a la angustia y al desazón.