Oxígeno mental, relato contra la violencia machista

Otra vez y con poco aire en los pulmones daba pasos erráticos en la penumbra, rogaba por la salida, sabía que estaba a metros y parecían kilómetros. La luz seguía apagada, nadie salió pues era madrugada, dormían plácidamente  ignorando mi desesperación; dejaba atrás, en el departamento de dos ambientes que de golpe se volvió una caja diminuta,  a mis dos hijos que también dormían.

Facupoeta desde Buenos Aires

En donde nadie te abrazo ni te dice te
quiero, donde no conocen el respeto
ni la empatía ni los celos ni los besos,
clandestino es el amor, prefiero…

Facupoeta, upper cut desde Buenos Aires

Llevo tiempo leyendo la poesía del joven bonaerense Facupoeta, alguien que te dice que no maneja el email sino las redes y se queda tan ancho, que escribe como piensa sin titubeos, a borbotones, quizás sólo en determinados momentos nunca previstos ni programados, sin taza de café ni mate, a puñetazos que suenan a barrio,…

Maradona, veinte años después

Otra cosa es que en el fondo de nuestra vanidad y nuestra miseria deseemos y empaticemos con dioses que nos recuerden a lo peor de nosotros mismos. Dioses populares que compartan nuestras debilidades. Que no sean ejemplares. A los que les baste su genialidad. A los que les gane su arte pero les pierda su vida. Nos resultan más fáciles de asimilar porque apaciguan nuestras flaquezas. Dioses humanos, demasiado humanos. Firmaría por ver a Nietzsche y a Galeano platicando sobre el tema.

Diario con transistor

Los diarios que relatan nuestra vida están escritos con letras, imágenes y notas de música. Un beso. Un baile. Aquel poema que escribimos a nuestro primer amor. Esa película que nos dejó sentados en la butaca a pesar de las miradas del acomodador. El libro que desearíamos haber escrito. Nuestro viaje al portal de tus padres. El Muro de Berlín que construyó a su alrededor cuando todo terminó. Y, cómo no, las canciones que se adhieren a cada momento y del que ya nunca se despegan.