“Siempre será nuestro barrio. Aunque nadie nos conoció ni nos conoce ahora. Nadie sabe tu nombre y, sin embargo, por él yo hubiera, ese día, amurallado el lugar. Debí alzar barricadas como en el “Dos” y apostar en cada extremo los dos exiguos cañones de Daoiz y Velarde.
tiempo
lo primero que perdí
fue la tarde; empecé a repartir
tarjetas y paquetes
demasiado pronto,
pero me propuse recuperarla,
iluso y ya cansado, para el último
año de carrera
El sonido del cucú marca el pistoletazo de salida. Desde su posición privilegiada, el reloj de la torre controla la carrera y los espectadores aplauden entusiasmados con sus manecillas.
… Si tuviera varias vidas podría dejar los sueños para mañana y ocupar mi tiempo en tejer tramas que me provean de renta y hacienda .
Mas no tengo más vidas…
Vago condenado a ser quien quiero ser porque no habrá ninguna excusa válida si malgasto la existencia en ser un balido.
Un balido cuyo único anhelo es seguir pastando con plácida estupidez.