Hoy os sugerimos un paseo por Valencia y Buenos Aires, en las esquinas de las ciudades que nunca veríais ni aun pisándolas, somos muy de Artista marciana y Facupoeta, jóvenes, poetas y con ganas de gritar. ¡Salud y abrazos!
escritoras
A la feria me voy, pienso y me río. ¡Yo, a la Feria del Libro de Miami! Me pellizco y todavía no lo creo porque esto es una racha de buena suerte y a mí la suerte no me sonríe desde el año del caldo. La suerte mía era verde y se la comió un chivo, como decía mi abuela. Pero a lo mejor está empezando a cambiar.
La rabia es una calle cortada
camino de ese trabajo gris
al que no quieres llegar.
Pero la rabia maldice,
blasfema contra la barricada repentina.
Y en vez de dar la vuelta
en dirección contraria …
Como cada tarde, coge el cubo y el estropajo y camina los dos kilómetros que la separan del camposanto. Si el invierno ha sido generoso, el regato baja con agua y se ahorra comprar la botella de litro y medio en el puestecillo de flores. No es gran cosa, pero desde que tuvo que dejar de trabajar porque la tristeza la mantenía demasiado ocupada, la única holgura que se permite es la de la ropa.
¡Es tan hermosa! La miro por última vez antes de alejarme de allí con pedaladas rápidas y los dientes apretados por la rabia y la frustración. Lo he intentado. Lo he intentado todo, de verdad. Y lo repito en alto una y otra vez, cada vez más fuerte, como el mantra de un exorcismo, para eliminar de mi cuerpo esta pegajosa culpabilidad.
Con nuestro aliento bohemio,
Con nuestras piernas golfas,
De puerto abierto,
La corriente marina os atrae
Es cierto
Las desplazadas follamos mejor
Ayer no dimos crédito con la divertida astracanada sadomasoquista de Teresa Dovalpage en “Amor a primera fusta” y el lunes nos maravilló el encanto, coherencia y base músico-literaria de Anni B Sweet. Hoy sólo tres microrrelatos, para ser releídos, de Sara Nieto, a quien como debe ser hemos conocido de casualidad. Cruces de caminos.
La muerte es bisexual
Es tan abierta de mente como de piernas
Le dan igual vuestras riendas y vuestras prendas y vuestras excusas y vuestras cestas y vuestras cabezas
Le dan igual vuestro sexo vuestras raíces vuestros cuerpos vuestras tiendas y vuestras espesas almas aún despiertas
Sin censura: mostrad el beso.
Mostrad el pezón.
No seáis tan retrógrados como esta cuadrada y rosa aplicación.
Entrad en razón.
Que la niña quiere ser artista.
Que la niña quiere ser pobre aunque no sepa lo que eso significa.
Quiere vida, antónimo de seguridad y sinónimo de incertidumbre que desquicia. Quiere dejar la institución a la que sólo le importa lo que vaya a pagar sin importar ni su salud mental ni su integridad.
En un mundo en el que las vírgenes como tú terminan preñadas y dan a luz a nuestro creador.
En un mundo en el que un hombre barbudo y gordo trae regalos y los deja bajo el árbol multicolor.
En un mundo en el que bajo la capilla Sixtina,
-Miguel Ángel los vio-
los mismos pedófilos que formaron la Inquisición
organizan aquelarres en El Vaticano y lo hacen sin pudor.
Nada de lo que vaya a contar sobre este libro no se ha dicho ya. Y, sin lugar a duda, con más profundidad, belleza y conocimiento, teniendo en cuenta las numerosas críticas, comentarios y premios que ha tenido a lo largo de este año. Mario Vargas Llosa, Juan José Millas, Luis Alberto de Cuenca o Enric González son algunas de las personalidades que han mostrado su entusiasmo por este ensayo.
Carmen Laforet pertenece a una época en la que algunos perseguían la gloria personal, sobreexponiéndose como ahora, pero en la que el trazo largo del trabajo bien hecho y su verdad podían imponerse con el paso del tiempo. Ni su abnegado ejemplo ni la humildad de su lucha silenciosa parece que sean de esta época.