Si cerráis los ojos, la voz de Josh Teskey os llevará a los mejores cantantes de blues y soul que hayáis podido escuchar pero hay un pequeño detalle que nos choca : se trata de un tipo con cara de niño, pelo rubio largo al estilo Brad Pitt en “Thelma y Louise” y es australiano.
En una jornada de pesca en 1939, Howard Hawks se lo espetó a Hemingway, tocando la fibra monetaria de un escritor siempre ávido de dinero para mantener su tren de vida:
“Ernest, eres un maldito estúpido. Necesitas dinero, ya sabes. No puedes hacer todas las cosas que te gustaría hacer. Si yo gano tres dólares en una película, tú te llevarías uno de ellos. Puedo hacer una película con tu peor historia”.
La noche terminó cenando y bebiendo a las intempestivas once frente a una mesa en la que expandía su halo el mítico Panenka, rodeado por su cohorte de atractivas mujeres rubias arrebujadas en pieles. Incrustadas, apretadas, dibujadas, deseadas en pieles.
Panenka es un loco que un día se saltó las normas y se jugó la gloria y el destierro a cara o cruz y ganó. En las cosas importantes no cabe la tibieza.
Eustaquio Putrefacto llevaba desde que murió preparándose las oposiciones para zombie. Estudiar era algo que ni siquiera cuando la sangre le corría por el cerebro se le había dado bien así que ahora, que tenía la cabeza con forma de piedra pómez a medio usar, el esfuerzo le estaba dejando prácticamente en los huesos.
Segunda semana consecutiva que dejamos en espera el blues rock americano, esta vez tras haber visto el vídeo “Tú me dejaste de querer” de la estrella del trap C. Tangana, acompañado una vez más por el cantaor y guitarrista flamenco Niño de Elche y, en esta ocasión, por la cantaora la Húngara.
“…Fuera de contexto, es decir, cuando lo repasas al cabo de unos meses, te das cuenta de que se ha mezclado lo importante con lo fatuo, hasta que todo se anula a sí mismo. Sí. Eso es la red. Una lucha de extremos que se anulan, hasta llegar la inactividad, la revolución de bengalas que se apagan justo después de quejarte por la red. Allí parece que acabe todo.” Santi Balmes, escritor y cantante de Love of lesbian (Profesor Jonk, 6/11/2020)
Los diarios que relatan nuestra vida están escritos con letras, imágenes y notas de música. Un beso. Un baile. Aquel poema que escribimos a nuestro primer amor. Esa película que nos dejó sentados en la butaca a pesar de las miradas del acomodador. El libro que desearíamos haber escrito. Nuestro viaje al portal de tus padres. El Muro de Berlín que construyó a su alrededor cuando todo terminó. Y, cómo no, las canciones que se adhieren a cada momento y del que ya nunca se despegan.
Una guitarra que echa de menos tus dedos,
una melodía encerrada
que se pierde muy adentro,
un grito sordo
al cielo
en esta despedida inesperada.
Noche de difuntos, día de todos los santos, halloween…, como quiera que os guste, el hecho es que nada más empezar este 1 de noviembre en toque de queda ha fallecido el saxofonista y genio del jazz Pedro Iturralde, autor de aquella obra maestra del jazz fusión, acompañado por Paco de Lucía, titulada Jazz Flamenco.
No importaría la distancia,
no importarían las diferencias,
ni siquiera importaría el odio.
Nada sería tan poderoso
como mi abrazo alrededor de su cintura.
Me asustan los vacíos tan marcados
que dejas por la casa como señales,
recuerdos vivos de la fragilidad de las cosas.
Y tal como afirmaba Viñó, este premio, y todo lo que le rodea, es el mascarón de proa de un panorama editorial, de una cultura, de una sociedad y de un país que hace mucho tiempo que convirtió el cinismo en moneda de cambio para la más precaria de las convivencias. Todo esto ya de por sí es malo, pero peor aún es ver la nómina de premiados y finalistas que se amontonan, década tras década. ¿Alguien se acuerda de alguno?