Las fechas, sus conexiones y los padres. Al final, cuestiones que nos obsesionan. Por cierto, aunque parecía un gato huyendo por una cocina, también me gustaba la enigmática Yoko, esa mujer oscura que sedujo y acogió a nuestro niño abandonado de posguerra y que en el 80 dejó grabado su orgasmo sonoro en “Kiss, kiss, kiss” para los niños autodidactas cuya educación no tutelan suficientemente sus progenitores.

Todo podría empezar con el continuo roce de sus manos camino del amanecer. Sin miradas de por medio. Ignorando si la experiencia es compartida o si para ella es un mero reflejo por el cansancio acumulado durante una noche de bailes y pastillas. El tacto de sus dedos, devorándose en movimientos circulares, hasta llegar a sentir un orgasmo epidérmico de origen desconocido. Un ovni sexual.

Un hombre en camisa de rayas y bluejeans desteñido venía hacia mí con los brazos abiertos, pisoteando las margaritas tiernas de un césped verdemar. Yo, muy vestida de blanca novia, con velo y cola y corona de azahar, corría a su encuentro. Ya íbamos a encontrarnos, ya se oía a lo lejos la música de Wagner y el coro de las ninfas cuando un violento aullido del teléfono me hizo trizas el matrimonio.

New York, la historia de Ryan Adams y una historia nuestra.
Yo era director de exportación de una fábrica de cárnicos, bajé a comer al restaurante y en la mesa alguien dijo que un helicóptero chocó contra el World Trade Center de Nueva York. Un accidente. No, un avión. No, los accidentes no existen. Quince minutos después seguíamos viendo imágenes en directo, no recuerdo que habláramos, ni siquiera las inocuas conversaciones de compañeros de tantos días, sólo mirábamos. El segundo avión se incrustó en la otra torre y la tarde, al igual que la mañana se borró. Sólo quedó ese momento para siempre.

Hoy damos la bienvenida como colaborador en Profesor Jonk al brillante joven poeta madrileño Antonio Navarro Vázquez,  autor del poemario “Ángeles y condenas” , disponible en Amazon, rockero que ha grabado y hecho carretera, filósofo y adicto al blues, que soñó hacer las Américas tocando en los clubs de Los Angeles y ahora nos regala su poesía en SoundCloud. Viviendo rápido y sintiendo lento. Como debe ser.