Cuando lo miro
es como despertar de un sueño,
como hacer estallar
esa burbuja de seguridad
en la que me creía encerrado.
Cuando lo miro,
él me mira y sonríe
y pienso
en las horas perdidas
buscando la forma
de que nunca llegase.
Cuando lo miro,
ni pienso en él
ni en mí.
Pienso en mi madre.
Y me vuelve el miedo
al recordar que me dejó
unos días eternos
con mi abuelo
en los que ambos lloramos.
¿Acaso tuvo que ir tan lejos?
Cuando lo miro
y me mira
y sonríe
me enfado
porque casi me la quita.
Pero luego la miro a ella
cuando lo mira
cuando se miran
y sonríen.
Y en ese momento
se esfuma el miedo,
la ira
y casi toda la envidia.
En ese momento
en el que se miran
yo los miro,
me olvido de todo
y sonrío con ellos.