El rock de principios de los 70 marcó uno de los momentos más algidos en cuanto a creatividad y número de bandas y artistas emergentes que rompieron barreras en distintos estilos. Led Zeppelin, Deep Purple, Queen, David Bowie, Iggy Pop, T-Rex, Lou Reed, Kiss, Frank Zappa, Pink Floyd… Todos grandes pero algunos con altibajos en su carrera y otros, desgraciadamente, pronto desaparecidos.

No es el caso de Pink Floyd, quizás la banda más grande del mundo si tenemos en cuenta su calidad, estabilidad, longevidad y huella que extrañamente va a más con el tiempo. Como los clásicos, como el buen vino, para quienes quieran iniciarse hoy hacemos una breve reseña de sus quince obras maestras.

1 – The Piper at the Gates of Down (1967)

Debut de la banda en plena ola lisérgica a ambos lados del Atlántico. El atormentado genio de Syd Barret alumbra un nuevo sub – género, el rock espacial, atmósferas de vanguardia nunca antes vistas, Astronomy Domine y la monumental Interstellar Overdrive dan fe de ello.

2 – A Saurceful of Secrets (1968)

Único tema en el que participan los cinco miembros de la banda, incorporado ya David Gilmour y poco antes de la salida de Barret, además de en otro instrumental avant – garde para el recuerdo, la pista de casi doce minutos que da nombre al disco.

3 – Music from the film More (1969)

BSO del film francés » More», de G. Schroeder, película de culto sobre las comunidades hippies de Ibiza, centro neurálgico de la contracultura europea de finales de los 60. Disco que mejora con las escuchas, cabe destacar el órgano de Rick Wright en «Ibiza Bar», que supone uno de los pocos momentos en que la banda coquetea con el hardrock, y «A Spanish Piece», en la que Gilmour acaricia el flamenco.

4 – Ummaguma (1969)

Doble álbum «Tener sexo», significado de la palabra que bautiza el disco, jerga de la Universidad de Cambridge en la que se conocieron Barret, Waters y Gilmour. Un directo con versiones improvisadas, más elaboradas de temas como «Astronomy Domine» o «A Saurceful of Secrets», y un segundo disco que continúa por la vía de la vanguardia, la psicodelia y una auténtica locura de sonidos y ambientes por momentos cuasi infernales. A destacar de nuevo Richard Wright y su enfermizo » Sysyphus «

5 – Atom Heart Mother (1970)

El álbum de la vaca Lulubelle III, instantánea tomada por Storm Thorgensen, el diseñador gráfico de » Hipgnosis » que tiene en su haber covers como la de «The Dark Side of the Moon» (1973), de los mismos Pink Floyd o la del «House of the Holy» de Led Zeppelin, también de 1973. El instrumental orquestado de veintitrés minutos que ocupa la cara A entera, exquisito trabajo a caballo entre la psicodelia y el progresivo sin desviarse un ápice de la vanguardia y permanente innovación que define toda su trayectoria.

6 – Meddle (1971)

Excelente disco. Toda su cara B queda ocupada por el tema «Echoes», amalgama instrumental de sensaciones cósmico – oceánicas de esas que hay que escuchar y saborear una y otra vez. En este disco nivel obra maestra se atisba lo que vendría después, grandes composiciones conceptuales más otros temas de apoyo de menor metraje pero idéntica calidad. En «Meddle» cabe destacar también «One of these days» (la única frase de la canción, que lee Mason, «One of these days I’m going to cut you into little pieces» se refiere a un pinchadiscos de la BBC, un renglón torcido… ). Interesante tema también «Fearless», con la música del celebérrimo » You’ll never walk alone » mezclándose con el final de la canción.

7 – Obscured by Clouds (1972)

Segunda colaboración de Pink Floyd con el cineasta francés Barbet Schroeder tras la BSO de «More» (1969). En esta ocasión se trata de la película «El Valle», ambientada en Nueva Guinea y que trata sobre un grupo de exploradores que buscan un valle idílico, espiritual, siempre » oscurecido por las nubes «. Disco de gran éxito en EEUU, el nivel en el ecuador de su trayectoria -si obviamos el compendio de outtakes finales del » The Endless River» de 2014- va in crescendo en fondo y forma, calidad extraordinaria y siempre a la vanguardia. Los dos nuevos instrumentales que deja el disco, uno de ellos el que lo titula, son buena muestra.

8 – The Dark Side of the Moon (1973)

Disco y portada (Storm Thorgenson mediante) míticos, legendarios, tal vez el mejor de todos los tiempos si hubiera que elegir uno. Se escucha desde el » Breathe» al apocalíptico «Eclipse» como si fuera un único tema de variada y rica armoniosidad. Temas como el lapidario pero tan real «Time», » Money», «Us and Them», el celestial » The Great Gig in the Sky», el avant garde que siempre imprime Richard Wright con una nueva muesca de creación de sonidos interestelares e interdimensionales en homenaje a la mejor lisergia de siempre que supone «Any colour you Like» o el epílogo cum laude a la obra maestra que suponen «Brain Damage» y «Eclipse», dos temas muy pesimistas referidos a la locura barretiana y la victoria final de la oscuridad sobre la luz que resumen en unos minutos la premisa principal de Pink Floyd, » There’s no dark side of the moon really, matter of fact it’s all dark » conceden tal vez a The dark side of the moon el título de mejor disco de la Historia. Tal vez.

9 – Wish You Were Here (1975)

Obra maestra conceptual, la ausencia del compañero alienado Syd Barret. La composición de veintiséis minutos » Shine on you crazy diamond «, canción más larga de su discografía, se refiere al » loco » Barret… «Remember when you were young, you shone like the Sun»… y supone un ejemplo más de fusión magistral psicodelia + progresivo + espacial que mantiene a la Pink Floyd a esas alturas de carrera, 1975, en lo más alto. Los sintetizadores de Wright en » Welcome to the machine» marcan el camino. La emocionante y preciosa «Wish you were Here», también referida a Syd, completa un disco imprescindible.

10 – Animals (1977)

Continúa el círculo virtuoso setentero con otro trabajo conceptual redondo, en esta ocasión ambientado en la crisis económica y social que vivía Inglaterra en el segundo lustro de los 70 (caldo de cultivo del que nace el punk) y que toma como base para el hilo argumental la novela del escritor George Orwell «Rebelión en la granja». Tres temas largos, «Dogs» o los oportunistas, los hombres de negocios sin escrúpulos que exprimen a los peones aborregados «Sheeps» para incrementar los beneficios de sus desalmados jefes «Pigs». Las letras son de Roger Waters y su crítica al sistema, demoledora. A destacar también la célebre portada con un cerdo hinchable de 9 metros entre las inmensas chimeneas de la central eléctrica de Battersea en Londres, ideada por Waters y ejecutada de nuevo por Hygnosis.

11 – The Wall (1979)

Composición conceptual doble en modo ópera – rock. Junto al «Exile on Maine St» (1972) de los Rolling Stones y el «Physical Graffiti» (1975) de Led Zeppelin, tal vez los tres dobles más importantes e influyentes de todos los tiempos. El antihéroe rockstar Pink, de nuevo la figura holística de Barret, se aísla y refugia con sus múltiples traumas tan un Muro de excusas/ladrillos, la oprimente y puritana educación británica, la industria musical y sus siempre innegociables plazos, la asfixia de la fama, las enloquecidas groupies (Young Lust). En 1982 se completa la leyenda de este disco con el film homónimo dirigido por Alan Parker (Midnight Express), protagonizado por Bob Geldof y con el gran caricaturista francés Gerald Scarfe firmando varios vídeos tras la primera colaboración en «Welcome to the Machine» (1975).

12 – The Final Cut (1983)

Disco conceptual antibelicista ya sin Richard Wright, despedido por Waters en 1981. En principio iba a ser la BSO original de la película » The Wall » estrenada un año antes pero el estallido de la Guerra de las Malvinas influyó en el ánimo del siempre comprometido con causas sociales y pacifistas Waters, autor de todas las letras. Crítica feroz y descarnada hacia la clase política británica a la que ya acusaba y acusa en este disco de la muerte de su padre en la batalla de Anzio (Italia) en el curso de la segunda guerra mundial. Ópera rock parcial (la cara A), último disco con Roger Waters, que abandonaría Pink Floyd en 1985.

13 – A Momentary Lapse of Reason (1987)

Ya sin Waters, Gilmour y Mason deciden seguir adelante, reenganchan a Wright y reclutan al productor Bob Ezrin. El resultado mantiene el nivel de Pink Floyd y a juzgar por las ventas y acogida, en particular en el mercado USA, supera a su antecesor. El monólogo de amargura de Waters que es «The Final Cut», temas como «Learning to Fly», » Dogs of War», «On the turning away», » Sorrow» o el instrumental «Terminal Frost» así lo atestiguan.

14 – The Division Bell (1994)

Disco n°1 en RU y EEUU. El tema » Marooned» ganó el grammy al mejor instrumental (uno más en la impecable hoja de servicios del grupo). La comunicación o la falta de la misma se puede detectar en «Poles Apart» (tal vez referida a la mala relación de Gilmour y Waters), también en «Keep Talking» que comienza con unas palabras de Stephen Hawking en las que anima a la humanidad a mantenerse en contacto, en comunicación permanente, causa última de la evolución del cerebro humano y en definitiva de la especie misma, el habla. «Coming Back to Life» y la última pista «High Hopes» cuadran un trabajo reconocido por crítica y público.

15 – The Endless River (2014)

Oda póstuma a la Memoria de Rick Wright, fallecido poco antes. Exquisito compendio de casi una hora de outtakes del «The Division Bell», música instrumental, ambient nivel delicatessen, perfecto, excelente y muy justo epílogo de momento. Continuará…

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Os aconsejamos «The Doors : Jim Morrison, que estás en los cielos», de @ssysyphus .

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